
Durante las temporadas de calor, los riesgos a la salud derivados de complicaciones como son la deshidratación —causada por enfermedades producidas por exposición excesiva al calor ambiental— o la insolación —lesión térmica asociada al ejercicio y calambres—, aumentan debido a que se presentan cambios en el comportamiento de las personas que las hacen más susceptibles a estos padecimientos.
El “golpe de calor”, por ejemplo, es un cuadro médico que se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima de 39.4° centígrados, ya sea por efecto de la condición ambiental o por actividad física vigorosa, en la que el organismo es incapaz de regular su temperatura, y constituye una de las consecuencias de la exposición a altas temperaturas por tiempos prolongados.
Síntomas
Entre los síntomas más importantes del golpe de calor se encuentran: el mareo, la sudoración (excesiva, al principio; ausente, después), el enrojecimiento y sequedad de la piel, fiebre con temperatura desde 39 a 41°C, comportamiento inadecuado (como quitarse la ropa sin importar el lugar), aceleración del ritmo cardíaco con latido del corazón débil, dolor de cabeza y ataques con convulsiones.
Prevención
Para evitar su manifestación, la Secretaría de Salud recomienda permanecer en lugares frescos, a la sombra y ventilados; utilizar gorra o sombrero, lentes de sol, sombrilla y protector solar; lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, antes de comer, servir y preparar alimentos, y después de ir al baño. También se recomienda evitar el consumo de alimentos en la calle.
Es aconsejable para evitar daños a la salud durante la temporada de calor: beber agua (embotellada, hervida o desinfectada) para mantener el cuerpo hidratado; evitar la exposición al sol por periodos prolongados (especialmente entre las 11:00 y las 15:00 horas, rango en el que la temperatura alcanza sus niveles más altos); utilizar ropa ligera y de colores claros.
Cabe recordar que tanto las niñas y niños menores de seis años, como los adultos mayores de 65 años, personas con sobrepeso, deshidratadas, con problemas en las glándulas sudoríparas y enfermas del corazón, representan los grupos de la población más vulnerables a sufrir dicho fenómeno —golpe de calor—.