
Desde hace ya varios años, vivimos en una sociedad en la que las redes sociales se han convertido en el principal medio de información, lo qué, casi sin querer, nos pone al corriente de todo lo que acontece a nuestro alrededor con vecinos, amigos, familiares e incluso, con completos desconocidos.
Pero en muchas ocasiones, estás acciones se realizan tan a la ligera y sin pensar en las afectaciones que puedan producir a terceras personas, incluso, sin saber que se está cometiendo un delito castigado por el Código Penal.
Tal es el caso de la filtración de una imagen en la qué, sin autorización de los familiares fue utilizada supuestamente, para fines informativos por un “portal de noticias” en Facebook.
Está imagen ha puesto en tela de juicio el manejo de la información y la protección de datos personales al interior del Hospital General “Dr. Alberto Vargas Merino” de San Juan Bautista Cuicatlán, en dónde se supone, los datos e información de los usuarios están protegidos.
Dicha fotografía fue tomada en el mortuorio y filtrada a un medio de comunicación, quién sin escrúpulos ni ética profesional, la utilizó para realizar una nota con sentido amarillista e incluso, para generar morbo sin respetar el dolor de los deudos.
Pero más allá de esa aberrante nota, nace la incertidumbre de quién filtró la fotografía, ¿Fue el área de enfermería? ¿Los guardias del nosocomio? ¿O quién tuvo acceso a un área dónde sólo puede ingresar personal autorizado?
Los familiares de la menor fallecida merecen una disculpa pública por parte de la Dirección del Hospital y de quién publicó esa fotografía, pero también, quién haya filtrado esa imagen debe recibir una sanción administrativa ejemplar.